ella se viste coralmente, aún el vapor
de la ducha está fresco en sus ojos, el aire
es gas hacia el cielo, sus vestidos se mueven
sinuosamente en el laberinto del amanecer
ella dice es temprano, y lo puede hacer, es
joven en el palacio del tiempo, sus mejillas
redondean el mundo, puede salir o quedarse
romper el alba con deseo, anunciar la tarde
o pedir un viejo bastón a qué aferrarse, puede
cambiar el mundo con un dedo índice, ella
puede soñar cosas triviales, puede errar
porque es temprano, según le oigo, aspirar
el gas de música, tocar el oxígeno inasible
con su voz fácil
—en medio de la tarde lucirá
otro maquillaje, su cuerpo exhibirá fragmentos
de ruina cambiante y belleza de piedra, rasgos
de deseo persistente, en sus ojos el sol lleno
le restará mirada, pura estará, sorteada
por las manos de la atmósfera, implacable
como el clima
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