solo, fragmentado, haciendo un gesto raro
a la comunidad imaginaria, en fin, es la noche
rotulada la privacía, hora de reflexión o sueño
es la calle también, porque te asomas y continúas
hacia afuera como la noche, y no te sorprende ver
que no ves. Y es el árbol también. Es el universo
menos el sol. La intimidad apesta
allá lejos en el cerebro qué se esconde
en la forma del pez que se escurre de las manos
allá lejos en la cabeza qué pájaros
se derraman sobre el agua atormentada de los charcos
es la letra también, roedora del vacío
en la privacidad más enfermiza, agotada
de tanta noche, detrás de la ventana ideando
unas torpes palabras—
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