subo la calle, el empedrado antiguo
renueva la fluencia de las cosas cotidianas
por donde llevé de la mano a una novia
cuyo rostro olvidé, o me morí de deseo
por la más bella muchacha de la cuadra
oh viejos amigos, cómo quisiera llegar a casa
y hallarlos reunidos alrededor de la asadera
oh antiguas novias, de ser el príncipe que pudiera
arrobarlas en el pequeño palacio del amor
donde los jardines fueron traídos de Ecbatana
en vano he buscado sobre la vieja vereda
las cosas que sobrevivieron al tiempo
en vano he supuesto una novedad pasajera
pues solo como un badajo sin sonido
atesoré heridas y murallas
que me fui haciendo
oh antiguas novias, qué no daría
por la mano que acariciaba mi cabello
por la mirada encantadora y el cuerpo desnudo
oh viejos amigos, si pudiera confesar la devoción
por la palabra embriagada que cautiva el Universo
subo la calle y finalmente la casa
en silencio respeta mis ambages
la casa se abre para que entre
en ella mi escombro. Ya no maldigo
las vicisitudes de la vida
llego con la serenidad de un gato veraniego
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